
¿Quién no ha jugado nunca con sus hijos a imitar el sonido de los animales? Es uno de los juegos más universales que existe entre padres e hijos y también uno de los que más les divierte. Pero no sólo se trata de pasar un buen rato ya que animales y desarrollo del lenguaje están más unidos de lo que la gente piensa.
Para los peques, el hacer como si fueramos una vaca, un perro o una gallina es algo que les divierte a niveles insospechados. Y para qué vamos a engañarnos, para nosotros también, ya que viven su papel como si estuvieran haciendo una gran obra teatral, metiéndose en el papel en todas sus facetas: sonidos, gestos, acciones…
Y es que el de los animales siempre será un tema muy interesante para nuestros hijos cuando queramos jugar con ellos a la vez que aprendemos. Ese mundo tan mágico de diferentes seres tan diferentes entre sí: unos vuelan, otros nadan, unos tienen pelo, otros tienen pico… El reino animal nos ayuda desinteresadamente en el óptimo desarrollo de nuestros hijos.