CONSEJOS PARA PADRES Y MADRES ANTE EL CORONAVIRUS


Las medidas de prevención adoptadas por las instituciones sanitarias para prevenir la extensión del ‘coronavirus’ han supuesto, entre otras consecuencias, que millones de niños/as y adolescentes no puedan ir a los centros escolares y permanezcan en sus domicilios.

Los medios de comunicación nos invaden de imágenes, se habla en las calles, con nuestros familiares, en todas partes. Los niños/as, es normal que se hagan preguntas y es importante que los padres sepamos cómo responder a sus inquietudes, sin mentirles pero sin asustarles.

Además, esta situación excepcional y el miedo a los desconocido puede provocar intranquilidad en nosotros como adultos que podemos transmitir a  los más pequeños. Esto ocasiona la necesidad de acompañarles  adecuada y serenamente antes de que se hagan sus propias fantasías  a través de comentarios de los demás.

Como padre/madre acoge la noticia de manera serena

Sabemos que nuestra actitud familiar y como padres/madres es lo más importante ante momentos críticos. Si nuestros hijos/as observan que nosotros estamos desbordados por los acontecimientos, podemos inducirles mucha intranquilidad. La ansiedad también se contagia a nuestros hijos/as

Como padres debemos informarnos de los consejos de salud difundidos por las autoridades sanitarias y seguirlos con nuestros hijos/as: es muy importante llevar a cabo estos consejos con tranquilidad. Si ellos nos encuentran alterados, es lo primero que van a percibir y su afrontamiento se va a dificultar.

Explicarles de forma que puedan entender, sin mentirles.

Para hablar de esta situación de epidemia con ellos, es aconsejable preguntarles primero  qué es lo que saben para después contarles la información que precisan saber, corrigiendo errores, pero sin añadir dramatismo ni entrar en detalles que puedan dañar su sensibilidad (ej. número de muertos, recordar otras epidemias famosas que sesgaron la población).

Si están pidiendo una explicación, no hay que mentirles. No cambies la realidad con la intención de protegerles.

En nuestro día a día. Hay que fomentar la costumbre de hablar de nuestro día a día con nuestros hijos/as. De esta manera les estamos enseñando que es normal tener problemas y la forma de buscar soluciones, además de construir una convivencia positiva.

Ayúdale a identificar sus emociones como el miedo

Ante el fenómeno viral del coronavirus, es inevitable que nuestros hijos/as, tengan sensaciones de miedo, de no saber qué hacer, incluso pánico al dejarse contagiar por lo que otros sienten… Es conveniente estar pendientes, transmitirles tranquilidad y decirles que les entendemos y en ocasiones es normal sentirse así. Eso les aliviará.

Muéstrate abierto ante las dudas o preguntas de tus hijos/as sobre el coronavirus.

Es posible que en un primer momento, cuando estéis hablando con ellos/as de lo que ha sucedido, no se les ocurran preguntas, estén sorprendidos.  Posteriormente pueden quedarse con dudas.  Mostraos entonces abiertos a responder sus dudas y motivar que estáis disponibles cuando lo necesiten.

Refuerza los hábitos higiénicos

La necesidad de ser firmes con hábitos higiénicos, como lavarnos con frecuencia las manos o protegernos con el antebrazo (y no con la mano) al estornudar o toser puede ser una buena ocasión para afianzar estas costumbres en los más pequeños. Incúlcales estas prácticas para que estén más protegidos frente a cualquier infección.

Fake news: desconfía de fuentes de información poco fiables

En todas las crisis proliferan mensajes alarmistas y poco fiables. No te dejes llevar por recomendaciones o informaciones que no provengan de fuentes sanitarias oficiales. Trata de transmitir a tus hijos/as esta misma recomendación porque ellos también están expuestos a estos bulos.

Qué hacer con los niños/as en casa

Ante el cierre de los centros escolares los padres y madres se pueden encontrar desorientados sobre cómo orientar su rutina en esta situación excepcional. Un buen recurso es planificar los horarios y prever actividades variadas.

Además, hay que tener en cuenta que, sobre todo en cursos de la ESO en adelante, los chicos/as no están de “vacaciones”. Es una situación excepcional y los/as profesores/as les han puesto tareas para ir realizando estos días.

No utilizar las pantallas como niñera: ofrécele otras oportunidades de ocio

La vida diaria nos lleva a compartir poco tiempo con nuestros/as hijos/as. Esta ocasión supone una oportunidad para fortalecernos como familia. Entendemos que no se les puede quitar el ordenador o el móvil y dejarles sin otras posibilidades de ocio en su tiempo libre. Lo interesante por tanto es que les enseñe la importancia de otras actividades… Los padres y madres deben poder dedicarles una parte importante de su tiempo y que sea de calidad.

No los dejes solos: Reglas, normas, acuerdos…

Para que los/as hijos/as aprendan los mensajes que les damos, es necesario ser ejemplo para ellos/as. Si les estamos diciendo que no es bueno pasar muchas horas conectados a juegos de ordenador o chateando, no lo hagamos nosotros.

Para los más pequeños (10-13 años) que empiezan a familiarizarse con las tecnologías, es fundamental  supervisar personalmente los contenidos y el tiempo.

Una vez más, desde Fundación ANAR se recuerda que, para evitar un uso excesivo e inapropiado de la tecnología, hay que establecer junto a los/as hijos/as reglas consensuadas para utilizar la tecnología a su alcance.

Aprovechar este tiempo en familia y evitar tensiones

Como toda situación anómala (padres y madres con teletrabajo, niños y niñas sin colegio…), pueden crearse momentos de tensión que debemos saber gestionar.

La oportunidad que supone pasar más tiempo juntos y de calidad nos debería permitir evitar tensiones y no utilizar el castigo físico.

Aunque para que los menores de edad crezcan y evolucionen positivamente, necesitan saber que en su familia hay unas normas que cumplir, y unas consecuencias caso de no hacerlo, bajo ningún concepto puede ser el maltrato físico ni psicológico. Antes de actuar por impulso es necesario saber identificar las señales que nos avisan que nos estamos alterando. En ese momento, es importante aplazar la conversación con vuestro hijo/a a otro momento en que podáis hablar de lo ocurrido con tranquilidad.

Fuente: anar.org



Afrontar una Separacion cuando hay Hijos


La separación de una pareja es siempre complicada y más aún cuando hay hijos por medio. Los niños suelen ser los más vulnerables de la familia y por lo tanto, los que más sufren con la decisión de sus padres de separarse. Aunque la separación sea apenas de la pareja, es inevitable que los niños estén inmersos en esta decisión. Dependerá de la actitud y apoyo de los padres preservar a los hijos del sufrimiento.
José Manual Aguilar Cuenca, psicólogo y autor de la Guía para afrontar la ruptura de la pareja sin dañar a los hijos, aconseja a los padres a que afronten la separación con la madurez suficiente, de manera pacífica y respetuosa, asumiendo que la estabilidad de sus hijos depende en gran medida de ellos.

Cuando hay hijos de por medio

Cuando la pareja que se rompe tiene hijos, la complejidad de la ruptura aumenta y los niños también deben aprender a afrontar la situación. Desde Mental Health America presentan una lista básica de consejos para ayudar a los padres a gestionar de forma adecuada el cambio familiar y que niños pequeños y adolescentes lo vivan de la mejor forma:

1. Asegurarse y escuchar: es clave que los hijos sepan que la separación no es por culpa de ellos. Escuchar y aliviar sus preocupaciones y ser compasivo pero directo en las respuestas ayuda en el proceso.

2. Mantener la estabilidad y las rutinas: las rutinas diarias y semanales de los niños deben seguir adelante de la forma más familiar y estable posible.

3. Disciplina coherente: los hijos pueden pasar a compartir el tiempo con ambos padres de forma separada, por ello hay que asegurar por anticipado que ambos padres coinciden en el horario de las rutinas así como en cualquier tipo de castigo.

4. Hacer saber a los hijos que pueden confiar en nosotros: las promesas deben ser realistas y mantenerse. Además hay que intentar no desvelar demasiado a los hijos los sentimientos personales sobre la separación.

5. No involucrar a los hijos en el conflicto: es la regla de oro, hay que evitar discutir con la ex-pareja o hablar de forma negativa sobre ella frente a los hijos. No pueden convertirse en espías o mensajeros o forzarles a tomar partido por uno u otro.


Como Canalizar la Ira en los Niños


¿Qué es la ira? Es una fuerza interna que surge de nosotros para dar respuesta a diferentes situaciones que vivimos y que nos producen tensión, malestar o frustración y aparece cuando algo se interpone entre una persona y sus objetivos. La ira También se presenta cuando alguien considera que algo es injusto.
No obstante, es cierto que ante las mismas frustraciones o situaciones negativas no todos respondemos de la misma forma; esta diferencia depende del temperamento de cada persona, pero también de experiencias previas, de los pensamientos y creencias, de los modelos vividos…

La ira es una emoción que es necesario encauzar de manera adecuada, expresándola a través del lenguaje u otras formas de conducta, pero huyendo de la agresividad o destrucción hacia los otros.

La ira no siempre es negativa.
Es importante comprender que todas las emociones son útiles y necesarias. La ira no es una excepción. Avisa de que algo debe cambiar y motiva a la persona a detener aquello que considera injusto o le causa malestar. Para ello, disminuye el miedo y aporta la energía necesaria para actuar.
La ira es muy importante, ya que hace al ser humano evolucionar y crecer interior y exteriormente. Así, cuando no conseguimos nuestros objetivos y nos enfadamos con nosotros mismos, esta emoción nos da fuerza para luchar más intensamente por lo que queremos y nos ayuda a superarnos. Por eso es importante que no la ignoremos en los niños ni intentemos que la repriman, ya que es una fuerza positiva que ayuda a mantener la vida y a avanzar hacia nuestras metas; eso sí, siempre que la canalicemos adecuadamente.


¿Qué hacer ante las conductas agresivas de nuestros hijos?


Cuando tu niño manifiesta expresiones de ira tales como gritar, pegar o romper cosas, lo más habitual es decirle: “No grites”, “No pegues”… Pero hay que pensar que la partícula “no” es una negación, y con ella pretendemos la paralización de la conducta, pero insistiendo en el “no”, no ayudaremos a nuestros hijos a saber qué hacer. Por lo tanto, es fundamental seguir una estrategia diferente:

1- Mantener el control: Es muy importante que los padres sean capaces de controlarse, ya que los niños imitan lo que ven. El dicho “haz lo que yo diga y no lo que yo haga” no vale con los niños. Si cuando te enfadas con él le gritas o incluso le insultas, será lo que él haga cuando sienta ira. Pero si le demuestras que hablando y con una actuación coherente el enfado desaparece, lo percibirá como una forma de expresión eficaz.

Para conseguir este objetivo es fundamental canalizar la ira exteriorizando los sentimientos de manera adecuada, haciendo que reflexionen y recuperen la calma, acercándonos a ellos con comprensión, escuchando activamente y dialogando sobre lo que ha pasado. Así conseguiremos que reconduzcan esos sentimientos. Para mantener el control es bueno contar hasta diez, respirar profundamente, pensar antes de actuar, hablar en un tono bajo pero firme…

2- Observar a tu hijo, investigar y reflexionar sobre su comportamiento para saber qué está pasando:Es frecuente etiquetar comportamientos de los niños sin tener en cuenta factores como si están enfermos, cansados y, por supuesto, sin valorar el tipo de comportamiento. No es lo mismo que entre en casa dando un portazo y gritando, a que esté insultando a su hermana porque le ha roto algo. Observar implica ver qué hace y por qué lo hace.

3- Reflexionar con él sobre las causas de su enfado: En el momento que el niño establece una relación directa entre motivos y conductas, comienza a analizar las situaciones de una forma más eficaz y aprende a responder también de un modo más adaptativo. También es muy importante identificar los antecedentes del comportamiento, no solo externos (me han insultado, no me deja su juguete…), sino también internos (hambre, cansancio, etc.). Y, finalmente, cuando nos cuente algo hay que prestarle una atención constante.

4- Enseñarle las conductas adecuadas que le permitirán prevenir, canalizar y no utilizar la agresión verbal o física. Si observas que cuando tu hijo quiere algo va a otro niño y se lo quita sin más, o le pega, debes ayudarle a utilizar otros comportamientos.

5- Insistir en que utilice el lenguaje.Es muy importante que utilice la palabra para expresar su ira. El hecho de que diga “Estoy enfadado” implica que ha identificado la emoción, un primer paso para expresarla adecuadamente.

6- Medir la información que damos al niño sobre su comportamiento. Hay que evitar expresiones como “eres malo por pegar a Luis”, “cuando te pones así eres insoportable”. Todas estas verbalizaciones se refieren a una calificación global y estado permanente del niño (“eres”) y sin duda minan su autoestima. Por eso es fundamental que aprendas a criticar el acto concreto y no al niño; “el hecho de que hayas pegado a Luis está muy mal y significa que no querrá jugar más contigo”.

7- Ser justo con él. En ocasiones, estarás tan enfadado que te resultará imposible no gritarle o decirle algo incorrecto. Si después, una vez calmado, reflexionas y le pides perdón por el comportamiento erróneo, verá que reconocer el error no nos hace peores y que es algo que debe hacerse cuando uno se equivoca. No por ello perderás autoridad, sino que ganarás su respeto.

Fuente:todopapas.com

Hablemos sobre Depresión en Adolecentes


Todos tenemos momentos de tristeza, pero cuando se vuelve persistente e interfiere con nuestro día a día, puede ser un síntoma de depresión.

Qué es la depresión?

Cuando una persona se siente aplastada, experimenta sentimientos de desesperanza y pesimismo, se siente triste o ansiosa en forma continua, presenta sentimientos de culpa o inutilidad, podemos encontrarnos ante un cuadro de depresión. En el mismo la persona ya no puede disfrutar de las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, y no siente interés por nada en especial. Es probable que confunda estos síntomas con cansancio, aburrimiento o desmotivación.

La depresión puede presentarse por muchas causas, desde el estrés hasta la genética; y manifestarse de muchas formas, desde la fatiga a la angustia más atroz. Sin embargo es importante distinguir un cuadro depresivo a los síntomas que puede experimentar una persona que se encuentra con un ánimo triste por estar atravesando una ruptura de una pareja, la pérdida un trabajo, o la pérdida de un ser querido.

No estás solo

La Organización Mundial de la Salud señaló a la depresión como cuarta causa de pérdida de calidad de vida, por la discapacidad que genera en las personas que la padecen.
Se calcula que se hacia finales del año 2020 su prevalencia aumentaría tanto que pasaría del cuarto al segundo lugar. De cada cinco personas que nacen, una sufrirá depresión a lo largo de su vida.

Síntomas de depresión

Estos son algunos de los síntomas más comunes de la depresión. Los consideramos síntomas si persisten la mayor parte del día y/o casi todos los días.


  • Sentimientos de tristeza, vacío y/o desesperanza
  • Ya no hay actividades (o hay pero pocas) ni pasatiempos que te interesen o te generen placer
  • Variaciones significativas en tu peso o apetito (sin hacer dieta)
  • Insomnio o hipersomnia
  • Estás agitado o lento
  • Fatiga o pérdida de energía
  • Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada
  • Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones
  • Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo


Cómo dejar atrás la depresión

Existen tratamientos específicos para combatir la depresión. Son tratamientos breves, focalizados, basados en evidencia científica y validados continuamente en todo el mundo.

Luego de completar el diagnóstico, el psicoterapéuta va a acordar con vos los objetivos y tareas que tienen para la terapia. Con los objetivos fijados empieza el trabajo terapéutico, que incluye explorar los síntomas, identificar la vulnerabilidad interpersonal e identificar qué la desencadena y qué la mantiene.

Es poco probable que puedas aliviar los síntomas de depresión sin tratamiento; de hecho pueden empeorar con el tiempo. Por eso es una buena idea atacar el problema lo antes posible.

Fuente: terapiapoint.com

Consecuencias de los padres autoritarios, violentos y ausentes

Es necesario hacer una reflexión sobre las paternidades autoritarias, violentas y ausentes, porque repetir estas actitudes puede tener algunas de las siguientes consecuencias
EFECTOS DEL USO DE LA VIOLENCIA, EL CASTIGO Y EL INSULTO… La creencia de que el uso de los golpes, insultos y castigos es la forma más efectiva de “educar” a hijas e hijos es equivocada, porque afecta sus sentimientos y actitudes. No sólo en el momento en que esto ocurre, sino también para la vida futura de esas niñas y niños.

No hay que olvidar que durante la niñez, e incluso durante la adolescencia, los padres significan mucho para las hijas e hijos. Todo lo que ellos dicen les parece importante y verdadero porque proviene de alguien de quien esperan confianza, amor, enseñanzas y seguridad.
Cuando los padres usan estos medios hacia una niña o un niño, le ocasionan daños en el cuerpo y en las emociones. Esto reduce la confianza que toda mujer y todo hombre deben sentir hacia sí mismos y hacia los demás.

Con esto también devalúa la imagen que estas hijas e hijos tienen de sí mismos, los hace sentir que valen menos y que, por lo tanto, otros y otras tienen el derecho de agredirlos, maltratarlos o abusar de ellas y ellos.

Todo esto afecta su autoestima, es decir, el amor a sí mismos, que es lo que ayuda a cualquier persona a confiar en sus propias capacidades y conocimientos; a sentirse segura, valorada, querida y preparada para afrontar problemas y conflictos de la vida.
CONSECUENCIAS DE LAS FORMAS AUTORITARIAS DE EDUCAR… Cuando los padres son demasiado estrictos al imponer su autoridad, su forma de ser y de pensar sobre los demás, con su ejemplo transmiten este mismo comportamiento a sus hijas e hijos. Además les provocan muchas inseguridades y temores.

En un principio, hijas e hijos no aceptan estas actitudes de los padres, las rechazan y critican; pero de tanto vivirlas durante la infancia y la adolescencia, corren el riesgo de repetirlas con los demás y con sus propias hijas e hijos, cuando sean adultos. A largo plazo, esto provoca que estas actitudes intransigentes sigan afectando a nuevas generaciones de mujeres y hombres.

EL SEXISMO COMO ORIGEN DE LAS FORMAS RÍGIDAS Y “MACHISTAS” DE SER PADRE… Las características de las tres formas de ser padre que hemos mencionado corresponden a lo que comúnmente se llaman formas “tradicional”, “patriarcales” o “machistas” de ser padre. Estas actitudes originan que las relaciones entre mujeres y hombres sigan siendo formas sexistas de educar.
Las formas sexistas consisten en discriminar; educar y dar tratos de privilegio a los niños y tratar como menos a las niñas, sólo por tener diferente sexo.

Esta visión sexista y discriminatoria contribuye a educar a los varones en el privilegio, es decir, hace que los niños y los adolescentes reciban espacios, juegos, conocimientos y valores que favorecen su independencia, el dominio en el mundo de la vida pública “escolar, laboral, política, deportiva, cultural, recreativa, etcétera y familiar. Sin embargo, al mismo tiempo, esta manera de educarlos les niega la posibilidad de expresar el dolor y sus emociones más íntimas.
Mientras tanto, a las niñas, las adolescentes y mujeres se les discrimina y se les educa para servir a los demás, dándoles tareas, juegos y valores que promueven su dependencia de los hombres y limitan su desarrollo personal a la vida doméstica y familiar, con la justificación de alejarlas de los riesgos pero, al mismo tiempo, con esto se les priva de muchas experiencias positivas que podrían significar retos y oportunidades para demostrar lo seguras y fuertes que son.

Si bien es cierto que esta forma sexista en lo que los padres pueden educar a sus hijas e hijos no siempre es tan marcada y estricta como mencionamos antes, es importante saber que toda formación de educación que imponga diferencias entre mujeres y hombres, contribuye a que siga habiendo desigualdad en derechos y obligaciones entre ellos y ellas. También provoca que la diferencia siga siendo motivo de discriminación y rechazo.
Estas formas sexistas de ser mujer y hombre también transmiten a hijas e hijos con el ejemplo. Cuando el padre y la madre se reparten las tareas domésticas y el cuidado de los hijos en una forma que no es equitativa, les enseñan que los privilegios son para los hombres y que el lugar de las mujeres es atender y servir a los demás.
Al igual que las formas violentas y autoritarias, el sexismo también es aprendido en la convivencia cotidiana y contribuye a que las hijas e hijos repitan estas conductas cuando sean adultos.
Estas formas de educar y comportarse resultan inconvenientes si se toma en cuenta que, en la actualidad, la crisis económica obliga a que las mujeres trabajen fuera de su casa para alcanzar un mejor nivel económico y mayor calidad de vida para sus familias.

POR ESO ES NECESARIO COMENZAR A HACER CAMBIOS QUE PERMITAN:
+ Que las mujeres también sean educadas para alcanzar seguridad, fuerza y habilidades para salir adelante; es decir, con iguales derechos y obligaciones que los hombres.
+ Que los hombres no estén obligados a reprimir sus emociones y su sensibilidad, y se permitan ser expresivos, afectuosos y pacientes con sus hijas e hijos.
+ Que los padres puedan establecer mejor comunicación con las hijas e hijos; relaciones más tolerantes y cariñosas, haciendo esta experiencia más disfrutable.
+ Que el padre y la madre compartan equitativamente la tarea de cuidar y educar a sus hijas e hijos, para favorecer el desarrollo de todos los integrantes de la familia.

Por: Mariano Báez Aguilar

niños bailando

Últimamente traemos muchos estudios que se centran en demostrar el avance en el desarrollo del bebé con actividades cotidianas que sirven de estímulos. En este caso hablamos de cantar a los niños y la mejora del desarrollo auditivo.

Una reciente investigación finlandesa demuestra que, más allá de la educación musical formal, que tiene un efecto positivo sobre la plasticidad de las neuronas, una experiencia musical tan sencilla como escuchar canciones y/o jugar bailando desde pequeños también es muy beneficiosa.