La Buena Autoestima es Buena Salud

La autoestima se construye a través de un proceso de asimilación e interiorización desde el nacimiento pero que puede modificarse a lo largo de toda la vida. Se genera por la imagen que los otros nos dan de nosotros mismos y por el valor que demos a esta imagen. Es durante la infancia y adolescencia donde la autoestima crea una marca profunda, porque es en estas etapas cuando nos encontramos más vulnerables y flexibles.

La aceptación y la valoración son ladrillos básicos dentro de la construcción de una buena autoestima. El niño que se siente aceptado como es, es un niño que aprende a asumir sus errores y, posteriormente, a convertirlos en mejorías. Los padres deben tener una idea realista y clara de cómo es su hijo y quererle por todo, lo bueno y lo malo, que es. Y no dejar de asumir delante de todos, y principalmente dentro de ellos mismos, esta postura.


¿Qué es la autoestima?


En términos sencillos podemos decir que la autoestima es la discrepancia que existe entre lo que pensamos que somos y lo que nos gustaría ser, es decir, es como valoramos lo que pensamos que somos.

En el ámbito infantil o juvenil, para hacer más manejable el concepto de autoestima, podemos hablar de cinco áreas: área social (sentimientos del niño o adolescente sobre las relaciones con sus amigos), área académica (qué piensa de su faceta como estudiante), familiar (cómo se siente como parte integrante de su familia), imagen corporal (cómo ve su aspecto físico o sus capacidades físicas) y autoestima global (valoración general que hace de sí mismo).


¿Por qué es importante la autoestima?

La autoestima de una persona es muy importante porque puede ser el motor que la impulse a triunfar en la vida, no en el plano económico sino en el terreno de lo personal; o hacer que se sienta verdaderamente mal aun a pesar de que parezca que lo tiene todo.

Suele suceder que la imagen que los demás tienen de una persona, no guarda relación con la imagen que esa persona tiene de sí misma. En los niños sucede lo mismo. Puede llegar hasta tal punto que, cuando se convierten en adolescentes, nos encontramos con casos en los que jóvenes con buena apariencia y excelentes resultados académicos pueden, de repente, cometer intentos de suicidio porque una novia les ha dejado. Estos casos, que no dejan de sorprendernos a todos, probablemente se podrían haber evitado si ese joven hubiera tenido una alta autoestima.

Además, aunque no parece que la autoestima negativa sea la causa de importantes trastornos infantiles, sí es cierto que está presente en muchos de ellos.

Leer el articulo completo (¿Qué entendemos por alta y baja autoestima?; ¿Cuándo sospechar que existe un problema y qué podemos hacer?)

Ana Martín Vázquez
Psicóloga Clínica


Como estimular el autoestima

Para fomentar la autoestima del niño puedes seguir algunos pasos que contamos a seguir:

1- Incentiva el desarrollo de las responsabilidades del niño. De una manera positiva, crea algunos compromisos y exija, en un clima de participación e interacción, su cumplimiento por parte del niño.

2- Da la oportunidad al niño a que tome decisiones y resuelva algún problema.

3- Refuerza con positivismo las conductas del niño. Por ejemplo, cuando él haga los deberes, o recoja sus juguetes, o se cambie de ropa solo, dígale con cariño y de forma efusiva ¡qué mayor eres!, ¡Gracias por ayudarme!, o ¡lo has hecho muy bien!. En algunas casas y colegios, este refuerzo se hace a través de pequeños premios.

4- Ponga límites claros a tu hijo, enseñándole a prever las consecuencias de su conducta. Ejemplo: "Si no recoges tus juguetes, no irás al cine". Y que no haya vuelta atrás.

5- Enseña a tu hijo a resolver sus propios problemas y a aprender de sus errores y faltas, de una forma positiva. Por ejemplo, si el niño no alcanza una buena nota en una asignatura escolar, anímale a estudiar más y a prepararse para superarse en el próximo examen. De nada adelantará culpabilizarlo. El niño debe sentir que un error puede ser convertido en un aprendizaje y, consecuentemente, que podrá arreglarlo si emplea más esfuerzo.

6- Deja de lado las críticas que nada construye. Los insultos no favorecerán a la autoestima del niño. En lugar, por ejemplo, de decir "eres un desordenado, tienes tu cuarto como una basura", mejor decir "No me gusta ver tu cuarto tan desordenado, me pone muy triste". Así, estarás demostrando que lo que a ti te disgusta es el desorden del cuarto, no el niño.

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